Aquella noche de lúnes, mientras caminaba por el boulevard, ese farol blanco rodeado de brillantina alumbraba mi caminar.
Caminaba yo por las calles de Londres, mientras la regadera gigante esparcía su contenido sobre la plaza central.
Me voy a conocer el otro lado del mundo, donde brilla ella como una lampara en el apagón mientras aqui nos acobija la gran fogata que nos da luz y calor.
Estaba yo esperando en la estación, hasta que apareció y tan solo con su presencia hizo que el tambor que retumba en mi pecho se calmara al instante.
Dami
domingo, 4 de mayo de 2008
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